¡Que duro fue el comienzo!

6 junio 2009 a las 18:05 | Publicado en farmacia | 3 comentarios
Cuando decimos que era cutre no exageramos ¿verdad?

Cuando decimos que era cutre no exageramos ¿verdad?

Begoña y yo terminamos la carrera de farmacia en Septiembre de 1991. Como no podía ser de otra forma, acabamos a la vez!! ..el mismo día y con la misma asignatura!!.. Gemelas pero gemelas de verdad!

Nuestros padres pusieron un anuncio en el periódico para encontrar alguna farmacia que se vendiese a un precio asequible y cuyo local fuese en propiedad. En respuesta a aquel anuncio, llamaron varios farmacéuticos interesados en vender su farmacia. Vimos tres. Una estaba en Moratalaz, la otra en los bajos del edificio  Colón y la última en Vallecas. La de Moratalaz, no nos gustó y la del centro Colón era excesivamente pequeña.

Imaginar el panorama! Era como si una nave espacial nos hubiese abducido y después, nos hubiese abandonado aqui. Recién licenciadas y sin saber hacer nada de nada, pero de nada!!. Nuestra máxima preocupación era atinar a dar bien las vueltas. No habíamos trabajado nunca. Habíamos vivido de maravilla en casa de nuestros padres sin dar palo al agua y de repente, nos estábamos dando un baño de realidad, de los de verdad. Recuerdo, que a los pocos días de hacernos cargo de la farmacia, vino una señora a poner unos pendientes a su bebe. Nos preguntó si nosotras lo hacíamos y siguiendo nuestra máxima de decir que si a todo ( siempre respetando el código profesional) le dijimos que por supuesto y que volviese al día siguiente.

Cuando se fue, Begoña y yo nos miramos y le dije “ Pero si no tenemos ni máquina!!” Inmediatamente nos fuimos a comprarla y nos pasamos toda la mañana del día siguiente ensayando y poniéndole pendientes a una goma de borrar Milan, que dejamos como un colador.

Vallecas, entonces, era un barrio del extrarradio de Madrid muy modesto. Nuestra clientela, era muy limitada  y la mayoría, eran heroinómanos de los poblados chabolistas de la zona, que venían a  por agua destilada y la jeringuilla para inyectarse la heroína y a por medicamentos como el Buprex, la Dexedrina y la Centramina, que luego, a su vez revendían en el mercado negro de la droga. Con un panorama así poca gente se planteaba venir a nuestra farmacia.

Atendíamos a través de una reja que había en el interior de la farmacia. Todo era sucio, obscuro y cutre. Los vecinos, al vernos aterrizar en el barrio, hacían apuestas sobre lo que tardaríamos en marcharnos. Ninguno ganó. Habíamos venido para quedarnos. De aquello hace 18 años.

3 comentarios

  1. Hola de nuevo chicass!
    vuestro primer comentario de este post va a ser mio!
    dios,nunca me imagine como era la farmacia antes…con muchisimo predon,era una cutrez!
    la de ahora es muccho mejor.OS FELICITO A TODOS CHICOSS!
    besos de alex

  2. Holaa!!
    Quee tal?? Como vereis estoy visitando el blog sie,pre que puedo!!
    Y cada vez que se me ocurre algo que ecribir sobre vuestros posts, lo suelto aqui.
    Bueno, Alex tiene razon!! QUE CUTREZ!!!
    Pero bueno, un comienzo es un comienzo, y siempre se puede mejorar(que en vuestro caso habia mucho que mejorar, pero bueno) aunque a vosotras ya no os queda casi nada que mejorar, porque vamos…la farmacia en unos 10 años llega hasta la oficina de viajess!!
    jaja!!! un besoo de carmeen!!

  3. Genial la foto de la farmacia, no la conocía al principio
    Enhorabuena por el blog
    Un saludo
    Raul


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